Es muy probable que la primera idea que te venga a la mente si escuchas la palabra Comenius, sea el programa europeo dirigido a los centros de educación no universitaria para realizar intercambios y proyectos conjuntos entre escuelas de diferentes países. Pero lo cierto es que el nombre de Camenius o Jan Amos Komenský es el nombre de un pedagogo checo, en honor del cual se bautizó este programa. Comenius, entre otras de sus aportaciones a la educación, destaca por haber escrito en 1658 el libro Orbis pictus, que se considera el primer libro ilustrado para la infancia.
Es muy probable que la primera idea que te venga a la mente si escuchas la palabra Comenius, sea el programa europeo dirigido a los centros de educación no universitaria para realizar intercambios y proyectos conjuntos entre escuelas de diferentes países. Pero lo cierto es que el nombre de Camenius o Jan Amos Komenský es el nombre de un pedagogo checo, en honor del cual se bautizó este programa. Comenius, entre otras de sus aportaciones a la educación, destaca por haber escrito en 1658 el libro Orbis pictus, que se considera el primer libro ilustrado para la infancia.
Desde ese lejano momento en el siglo XVII hasta la actualidad, las imágenes se han incorporado de tal manera en los contenidos educativos que se podría decir que ya ocupan un lugar predominante.
En un estudio, del recientemente fallecido William Glasser, se señalaba que las personas recuerdan mucho peor la información cuando la leen que cuando la ven y que la información que se tarda más en olvidar es la que se percibe de manera combinada por diferentes vías. Por este motivo, cuando se elaboran contenidos educativos, se debe procurar incorporar no sólo información por medio de textos que el alumnado deberá leer, sino también a través imágenes, gráficos, mapas e ilustraciones que ayuden a comprender mejor la información y permitan que esa información sea recordada durante más tiempo y más fielmente.
Pero incluir imágenes dentro de los contenidos educativos no sólo ayuda a que se recuerden mejor esos contenidos, también puede tener otras utilidades:
Sustituir a la realidad cuando no se tiene la posibilidad de tenerla próxima, como al utilizar imágenes de animales salvajes para hablar de ellos en la escuela, o al presentar la fotografía o el dibujo de un personaje sobre el que se habla en en el tema.
En muchos caso la imagen que aparece en los contenidos educativos complementa la información escrita, es decir, es un simple acompañamiento del texto y no presenta una información adicional, pero hace más atractiva la información que se quiere transmitir. Por ejemplo cuando en un libro sobre educación vial se incluyen fotografías de tráfico por una calle.
Las imágenes también pueden aclarar la información que aparece en el texto. Incluyendo imágenes de gráficas para mostrar la evolución de la economía que se ha explicado en el texto, o de un plano con los movimientos de los ejércitos para ilustrar el desarrollo de una batalla.
Otras veces las imágenes permiten explicar un procedimiento, como las ilustraciones que se pueden ver en un manual de instrucciones, o cuando se le pide al alumnado que sobre una imagen señale los componentes de un aparato o el funcionamiento de una máquina.
Habitualmente se plantea la educación visual del alumnado como un contenido específico de una materia, pero si las ilustraciones pueden cumplir todas las funciones que se acaban de señalar, será necesario analizar el contenido visual de los recursos que se emplean en todas las materias y no sólo en las específicas de educación plástica y visual.
Este análisis de los contenidos visuales debería realizarse tanto en los recursos que son adquiridos como en los que son elaborados por el propio profesorado.