Si hay algo que en principio puede dificultar la experimentación con la Flipped Classroom o clase al revés es la imposibilidad de que un solo profesor pueda crear o encontrar todas las videolecciones curriculares de su materia. Si ese trabajo se distribuye entre un equipo de personas trabajando colaborativamente, el objetivo puede alcanzarse en un tiempo sustancialmente menor, durante el cual cada miembro del equipo podrá dedicarse a las áreas que más les gustan o en las que se consideran más competentes.
Si hay algo que en principio puede dificultar la experimentación con la Flipped Classroom o clase al revés es la imposibilidad de que un solo profesor pueda crear o encontrar todas las videolecciones curriculares de su materia. Si ese trabajo se distribuye entre un equipo de personas trabajando colaborativamente, el objetivo puede alcanzarse en un tiempo sustancialmente menor, durante el cual cada miembro del equipo podrá dedicarse a las áreas que más les gustan o en las que se consideran más competentes.
Pensar en llevar a cabo un proyecto colectivo puede parecer inasumible cuando tú mismo todavía no has creado una gran base de datos de videolecciones, algo que tal vez, solo tal vez, no llegues a hacer por falta de tiempo. Pero al mismo tiempo, hacerlo en grupo, puede ser la clave para que se haga realidad a base de pequeños esfuerzos de varias personas en lugar de que una sola asuma todo el trabajo.
No es necesario verse cada semana, no es mecesario llamarse por teléfono, ni siquiera es necesario conocerse en persona para trabajar en equipo. Basta con que tengas acceso via web a un grupo de personas lo suficientemente numeroso para poder acometer el proyecto pero, según en que casos, una hora a la semana de media docena de docentes puede ser más que suficiente para hacer grandes cosas.
Crea una videolección de prueba con tu bloque de contenido preferido, ese punto que más te gusta explicar.
Si nunca has publicado vídeos en YouTube, sube tu videolección, si quieres en privado. ¿Para qué en privado? Para que veas el tiempo que lleva, para que te vayas haciendo con la herramienta, para que veas que es una cuestión de minutos.
Abre un blog para el proyecto en wordpress.com o en blogger.com, por ejemplo, y dale un nombre interesante.
Escribe un texto explicativo del proyecto con sus características más importantes y publícalo como página en tu nuevo blog. Explica la idea, informa a tus colaboradores potenciales cómo deben ser sus videolecciones y qué deben hacer para que sean publicadas en tu blog. A las personas que vayan colaborando podrás hacerlas editoras de tu blog, de modo que puedan publicar contenidos una vez que tú los apruebes pero que no puedan eliminar nada, etc.
Crea las categorías correspondientes a las materias de las videolecciones que vas a reunir en el blog del proyecto, los niveles educativos y cualquier otras clasificación que consideres relevante.
Crea una sección de sitios de referencia relacionados con la metodología de la clase al revés y las videolecciones, la información de calidad filtrada con buen criterio siempre atrae visitas.
Publica como post tu primera videolección, inclúyelo en las categorías pertinentes y añade etiquetas que permitan encontrarla fácilmente: tema, palabras clave, pistas, etc.
Una vez en marcha, puedes crear alguna videolección más para empezar o buscar videolecciones existentes en khanacademy.org o directamente en YouTube. Elígelas bien porque figurarán como seleccionadas bajo criterios profesionales de calidad. Y piensa que no hay razón para repetir lo que ya está hecho, si crees que la mejor lección sobre cualquier tema ya está hecha y disponible para el público, vale la pena dedicar tu tiempo a hacer algo que todavía no existe, que te gusta y que seguro que puedes hacer genial.
Difunde tu proyecto: cuéntaselo a tus compañeros de fatigas de viva voz, escribe correos a tus amigos, crea una página en Facebook y difúndela; pide colaboración a tus amigos y a los amigos de tus amigos para que tu proyecto llegue a todas las personas que puedan estar interesadas en él.
Disfrútalo mucho, haz a tus alumnos partícipes de tu aventura desde un principio, pídeles que analicen y valoren distintos tipos de videolecciones, que sean tus críticos más exigentes e incluso, aunque eso ya sería un nuevo proyecto, proponles que creen ellos mismos videolecciones sobre contenidos ya evaluados. ¡No te arrepentirás!
Disfrutar más con las clases y que los alumnos también lo hagan.
Optimizar tiempo y recursos para conseguir que cada alumno pueda aprender a su ritmo.
Trabajar con una metodología que no es solo un fin en si misma sino también un medio para abrir puertas a nuevas actividades y nuevos modos de trabajar.
Adaptar el aula progresivamente a la demanda de multitarea de los estudiantes de hoy en día; del mismo modo que se plancha mientras se escucha la radio o se cacharrea con el portátil o con la tableta mientras se ve la tele, a los niños les gusta hacer varias cosas al mismo tiempo y ello no tiene por qué ser negativo en todos los casos.
Sobre el proyecto intercentro, conseguir llevarlo a cabo está al alcance de la mano de cualquier docente habituado a trabajar con las TIC. Trabajar colaborativamente en la creación de materiales curriculares no es nada nuevo, simplemente os proponemos ir un paso más allá al evitar las limitaciones que impone el trabajo presencial. Es fácil organizarse si hay voluntad de hacerlo y lo mágico es que ni siquiera es preciso tener en común con otros docentes nada más que el propio proyecto.
Y así...
Amplías tu equipo de trabajo hasta límites difícilmente imaginables hace relativamente poco tiempo.
En un sentido, sigues manteniendo tu estilo pedagógico pero optimizas recursos y tiempo, lo que te permite un margen de maniobra para experimentar y encontrar vías educativas para las que antes no tenías tiempo.