Este movimiento maker aplica la filosofía del ‘Hazlo tú mismo’. En el entorno educativo, presenta múltiples beneficios: propicia el trabajo colaborativo, ayuda a desarrollar el pensamiento crítico, fomenta el sentimiento de pertenencia, aumenta la motivación, y además, fomenta que los estudiantes puedan experimentar, crear, equivocarse y rectificar, aprendiendo del proceso y de sus errores.
El movimiento 'maker' surge a raíz de iniciativas vinculadas a la idea de ‘Do It Yourself’ (DIY) o ‘Hazlo tú mismo’ que ganó popularidad en la década de los cincuenta del siglo XX en Estados Unidos. Gracias a él, se crean comunidades compuestas por personas con diferentes perfiles y conocimientos que se unen para buscar una solución a distintos problemas o necesidades sociales.
Así, la idea principal de este movimiento es, sencillamente, la de ‘fabricar cosas’ con la ayuda de las TIC, la robótica o la impresión 3D, entre otras disciplinas y herramientas; y que además esos productos se hagan de forma artesanal, sean económicos y fácilmente replicables. En definitiva, el objetivo de los ‘makers’ o ‘hacedores’ es producir cosas tangibles de forma abierta y compartida.
Trasladado al entorno educativo, se apoya en la teoría constructivista para fomentar que los alumnos construyan su propio conocimiento y resuelvan sus problemas de forma independiente y autónoma: es una forma de que puedan experimentar, crear, equivocarse y rectificar, aprendiendo del proceso y de sus errores.
Además, este modo de trabajar está muy en línea con la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, ya que intenta que cada uno de los alumnos desarrolle su máximo potencial en la actividad más adecuada a sus capacidades y experiencia.
Y es que permite la participación de alumnos de todas las edades y áreas de conocimiento, por lo que pueden usarse para una sola materia y una clase o para hacer proyectos transversales dentro del centro escolar.
Gracias al aspecto colaborativo propio de estos ‘espacios maker’ y a su interdisciplinaridad, los alumnos pueden aprender de forma más general a través de la experiencia y la creación de productos y, además, a partir de una visión de conjunto creada entre todos ellos.
Además de propiciar las metodologías activas, el movimiento maker en educación permite fomentar las materias STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) y potenciar el talento personal de todos los estudiantes, así como estimular la búsqueda de soluciones creativas para la resolución de problemas una aplicación y un resultado totalmente práctico basado en el ensayo-error, así como en el pensamiento lógico y la experimentación.
La interdisciplinaridad del movimiento maker hace que se pueda aplicar a todas las etapas educativas (desde Infantil a Bachillerato o Formación Profesional) y prácticamente a cualquier materia. De hecho, son muchos los centros que han empezado a trabajar siguiendo la filosofía de este movimiento: muchos de ellos en horario lectivo y, otros, como actividad extraescolar.
Veamos algunos ejemplos:
Conferencia TED de Dale Dougherty: 'somos hacedores'
Comunidad maker con repositorio de proyectos maker Make: Community
Proyectos educativos inspiradores, finalistas y ganadores de los Concursos inspiraTICs
Computational Thinking (PDF).
Docentes que se convierten en héroes para crear pantallas de protección desde Lugo. La Voz de Galicia
Blog "Yo soy Maker" sobre introducción a la cultura maker.
Edumakers. Un proyecto de robótica comprometido con la sociedad. Antonio Vara Gazapo
Edu Makers, proyecto del IES Vegas Bajas de Montijo